sábado, 29 de marzo de 2008

De recuentos y recuerdos

...han acabado las vacaciones.

Y lo único que han dejado detrás de ellas ha sido el rastro de un montón de colores en el piso de la casa donde crecí. El olor a café en las mañanas de la casa de mi abuela, las imágenes en mi memoria de la caña sembrada que corren frente a mis ojos a la velocidad de un coche gris, el sonido de los videojuegos, el griterío de los estudiantes de secundaria, el pronóstico del tiempo a la hora de la cena, mi abuela, mi habitación, mi edredón blanco y mis árboles. Las charlas nocturnas con mi papá, el aire cálido en la piel. El cadáver de mi árbol de mango, las flores en el jarrón donde se sirvió el vino en la boda de mis abuelos, las risas socarronas de mis primos, la humedad en el patio de mi casa, las tejas, los cimientos, los sentimientos y las lámparas. Las miradas perdidas, las miradas de extrañeza.

Saldo rojo: algo ha muerto. Algo se ha ido con todos los muertos que alguna vez capturé con los ojos.

"Es el ciclo de la vida" me digo, algo muere para que algo más viva.

Los que se han ido y los que vendrán, los que ya están aquí. Los árboles genealógicos que se modifican, crecen y marchitan, las estampas pegadas en la cabecera de mi cama, mi uniforme de la primaria, mis amigos de entonces. Los sueños estrafalarios, las noches calurosas, las luces encendidas, las luces apagadas.

La vida de los demás. La vida mía. La vida misma.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Ahhh, vacaciones...

Síp, lejos de la civilización.

No sé, por una parte me gusta esta sensación de burbuja en el tiempo, de perderme en los días y las horas sin ningún referente más que la intensidad del sol.

Es bonito perderse en la inmensidad del tiempo.

lunes, 17 de marzo de 2008

"Sí, yo también"

Eso le dije después de que me dijo eso que tanto trabajo me cuesta -desde siempre- decir; aclaro: no porque no lo sienta, es que nomás no pasa de la garganta.

Le hablé de mi temor al tiempo, de mis escudos de palabras, de mis evasivas pasadas y de mis enfrentamientos internos sobre el simple hecho de decidirme o no a vivir los momentos.

Y eso fue lo que me respondió. Sin miedos, sin evasivas, sin escudos, sin represiones de ningún tipo.

Y me habló de grandeza, de esperanza, de comprensión, de complicidad.

Me quedé sin qué decir. Supongo que fue bueno, porque -lo confieso- siempre tengo algo qué decir, siempre tengo una forma de escapar de pláticas serias, más si siento que me puedo comprometer... pero esta ocasión, me quedé en silencio (silencio de palabras y de pensamientos, mas no de sensaciones), me sumergí en el tiempo, en el momento.

Never before

Sin embargo, sigo sin poder decírselo. A pesar de sentirlo tanto como mis manos sobre el teclado, sigo sin poder lograr que las palabritas salgan de su escondite en mi garganta. Paciencia me dijo con sus manos.

Y yo asentí.

martes, 11 de marzo de 2008

De la primera vez que rompo mi juramento de no poner textos no nacidos de mi imaginación

Its you that I adore Youll always be my heart Youll be the mother to my child And a child to my heart We must never be apart We must never be apart Lovely girl youre the beauty in my world Without you there arent reasons left to find And Ill pull your crooked teeth Youll be perfect just like me Youll be a lover in my bed And a gun to my head We must never be apart We must never be apart In you I see dirty In you I count stars In you I feel so pretty In you I taste god In you I feel so hungry In you I crash cars We must never be apart Drinking mercury To the mystery of all that you should ever seek to find Lovely girl youre the murder in my world Dressing coffins for the souls Ive left behind In time We must never be apart And youll always be my heart Cause youre the one that I adore And Ill pull your crooked teeth Youll be perfect just like me In you I feel so dirty in you I crash cars In you I feel so pretty in you I taste god We must never be apart

Smashing Pumpkins
Yes, you're right, absolutly right...

sábado, 1 de marzo de 2008

"Es primero de marzo y está lloviendo"

Y no me pude aguantar las lágrimas.

Supongo que todavía no sé cómo lidiar con todas mis emociones -menos cuando me llegan de golpe y con tanta intensidad-. Es como si muchos puntitos de luz se absorbieran por cada uno de los poros que me dan forma, chocando uno contra el otro, generando pequeñas explosiones que, posteriormente, irán a alimentar a una más grande, más poderosa, que es ésa precisamente la que estoy sintiendo ahora mismo.

¿Que qué pasa después?

La energía liberada del estallido se condensa en diminutas gotas de cristal marino, avanzan arrastrándose por mi cuello, luego los labios, pómulos, y finalmente encuentran salida en los ojos, que ya las aguardan con los brazos abiertos, e impacientes, en el candor de la espera.

Y sí, ahora me ocupo más en sentir. Escucho, veo, toco, saboreo, huelo.

Siento. Eso es, no hay más.

Y siento demasiado. Tanto que da miedo.



Tanto que da miedo.


Y nunca antes tuve miedo.