sábado, 23 de febrero de 2008

Sin más

Ya no escribo tanto. Y es que con él, las palabras plasmadas recobran su aliento de vida y vuelven al sonido. Vuelven a mi garganta, a mi boca. Como él. Ya no necesito dejarlas como evidencia de pensamiento, no, ahora me conformo con que quede de ellas algún rastro en su memoria.

No sé, de alguna manera él tiene presas mis líneas.

Y mi atención.



Y todo lo demás.



...as green and submarine as his eyes...

miércoles, 13 de febrero de 2008

Síp!

Si te he esperado desde siempre...

...¿por qué no esperarte otro poquito?


Y todo lo que sea necesario.

martes, 12 de febrero de 2008

One of this mornings...

...you're gonna rise up singing.

One of this days you're gonna spread your wings and fly up in the sky.

¿May I be with you then?


But if you want to, that morning could be in the night. My night. Our night.

miércoles, 6 de febrero de 2008

What is and what should never be

Es bien sabido que todos tenemos muchas personalidades encerradas en un pedacito de carne. Sí que sí. La única problemática es saber cuándo dejarlas colgadas en el perchero y cuándo sacarlas a relucir.

Así mismo pasa conmigo: en este pedazo de carne- que tan amablemente la Naturaleza y los genes de mis padres me otorgaron- hay muchas personas, y todas ellas me exigen atención y cuidados. La verdad, a veces no sé cómo lidiar con todas al mismo tiempo.

Es por esto, que he optado por atenderlas de una en una, sin prisas, sin presiones, sin peros. Sin embargo, esto me acarrea otra dificultad: no traicionar a una cuando estoy con la otra. Esto es más complicado aún; debo encontrar el punto medio entre las ideas de la una sin afectar los comportamientos de la(s) otra(s).

A veces me aterra pensar que puedan mezclarse y salir en el momento menos apropiado. Hoy, hace unos breves instantes, por ejemplo, una paso rozando el hombro de otra, y sentí cómo la piel se me estremecía. Por un breve momento fui dos de ellas en una, en mi carne, y tengo que decirlo, casi me ahogo de la sensación que me produjeron. ¿Que qué hice? Escribirlas. Exorcizarlas. Vaciarme. Sacudirme ese desdoble y aferrarme a una, a la adecuada.

A pesar de todo, no fue desagradable. Mi corazón sigue palpitando desesperado. Pero la adrenalina hizo que todo valiera la pena, mira que no siempre uno puede tener este tipo de emociones... eso me dije; luego, probablemente tome de la mano a mi pulso, para que se tranquilice. "Ya pasó, shh, shh, shh; no te preocupes tanto, que si te pones así cada que suceda algo así, no vas a aguantarme mucho tiempo", eso le diré.

Pobrecito, mira cómo sigue temblando.

Ya pasó, shh, shh, shh; no te preocupes tanto, que si te pones así cada que suceda algo así, no vas a aguantarme mucho tiempo.

Y... el equilibrio se ha restablecido.

martes, 5 de febrero de 2008

De no escribanías

"Hoy no voy a escribir" pensé en el transcurso de regreso a casa.

Pero aquí estoy.

Normalmente, cuando me topo con el teclado mío, es porque hay cierto exceso de emociones en mi cabecita delirante/hilarante/colapsante. Pero hoy no. Hoy todo está en el lugar correcto. Siento justo lo que se debe sentir. Estoy en equilibrio. Sí, es eso. Equilibrio.

Voy a prenderle una velita al aburrimiento, a ver si así se aleja de las personas que quiero.

Mientras tanto, Radiohead me acompaña.

¿No me quieren acompañar también?