jueves, 21 de junio de 2007

Maldita Madurez

Llevo años huyendo de la Madurez.

Esa maldita… es peor que cualquier tipo de viruela o que la mismísima lepra; me persigue constantemente, me atosiga, y cuando al fin logra alcanzarme, la muy desgraciada, se comporta como una damisela impecable: ni se inmuta, nunca se retuerce de risa con mis tropezones, no se burla de mí cuando lloro, no me echa miradas de desprecio cuando me abstengo de hacer una broma pesada… nada; se limita a hacerme pensar cosas como “es por la edad”, “falta de experiencia”, “después te puedes arrepentir”, y la peor de todas: “no hagas lo que no quisieras que te hagan, porque te expones a que te salgan con la misma”.

Parece que la veo, con su gesto imperturbable, hablando con toda la parsimonia existente, como si no supiera que el tiempo apremia y no debe gastársele con discursos de los que a la larga también es posible arrepentirse.

Hoy me le he escapado cuando alguien me hizo notar un detalle cómico en la forma de caminar de una persona... y ya estaba, sentí que se desprendía de mí una vez más y pude reírme con libertad. Yo corrí lo suficiente como para que se hartara de perseguirme, incluso traté de perderla, pero siempre me mantuvo en la mira, la cínica, y entonces sí se burlaba. Es mil veces peor que yo, me molesta, me atosiga, me hace pensar cosas con el firme motivo de irritarme, me distrae cuando le debo prestar atención de tiempo completo a Leech o a la semántica cognitiva… Caray, a ver cuándo me libro de sus jueguitos; tal vez cuando me deje alcanzar para siempre. Nah, para eso falta toda la historia de la humanidad, o que decida a hacerme responsable de mí misma… aquí la empiezo a sentir cómo se me adhiere a la piel… Maldita, maldita. Ella se adhiere a mí y yo que me quiero desprender de ella.

lunes, 11 de junio de 2007

Buaj!

Desde hace un buen rato tenía ganas de volver a escribir, he estado poniéndole especial atención a uno que otro pensamiento extravagante que se me viene a la mente; sin embargo, de esas hojitas que empiezo cada que se me da la gana, no logro concretar al menos una.

De todas formas, escribo que no sé si voy a poder escribir en un tiempecillo, al menos no creo terminar una hojita de las inconclusas, pues en la escuela ya se están apanicando los maestros con eso de la salida a vacaciones (ahh, ese maldito Síndrome de Fin de Semestre...), se han dado vuelo encargando ensayos... así que tomaré una pausa para dedicar por completo el tecleo de mis deditos al sarcasmo y a la importancia del campo fonético en la traducción.

Buaj!

sábado, 2 de junio de 2007

Hoy quería escribir

-y de paso, describir- lo que veo en introspección, pero no pude... ja! es que, cómo haces cuando quieres describir ese algo y no hay palabras?

...

Si en este momento me sacara una radiografía, vería uno que otro hueso, colores y olores, figuras, caras, miles de post it's con cosas por hacer (qué loco, imáginate un post it verde limón junto al esternocleidomastoideo...), una que otra queja y algunas manchas de sangre y vísceras. Así que me limito a echar un vistazo a textos añejos, a ver si consigo hablar un poco con el pasado. Ya encontré uno. Lo escribí hace unos meses para dárselo como regalo de cumpleaños a uno de esos personajes que ojalá todos pudiéramos conocer alguna vez en la vida. Afortunadamente, a mí ya me sucedió.

Prometo subir este texto pronto.

(Has de estar pensando 'qué mal post! tanta verborrea para que no concluyera nada'... la verdad, tienes razón, es que -como dije en un principio-

sólo tenía ganas de escribir.)