Y no me pude aguantar las lágrimas.
Supongo que todavía no sé cómo lidiar con todas mis emociones -menos cuando me llegan de golpe y con tanta intensidad-. Es como si muchos puntitos de luz se absorbieran por cada uno de los poros que me dan forma, chocando uno contra el otro, generando pequeñas explosiones que, posteriormente, irán a alimentar a una más grande, más poderosa, que es ésa precisamente la que estoy sintiendo ahora mismo.
¿Que qué pasa después?
La energía liberada del estallido se condensa en diminutas gotas de cristal marino, avanzan arrastrándose por mi cuello, luego los labios, pómulos, y finalmente encuentran salida en los ojos, que ya las aguardan con los brazos abiertos, e impacientes, en el candor de la espera.
Y sí, ahora me ocupo más en sentir. Escucho, veo, toco, saboreo, huelo.
Siento. Eso es, no hay más.
Y siento demasiado. Tanto que da miedo.
Tanto que da miedo.
Y nunca antes tuve miedo.
4 comentarios:
Yo llegando y bien off-post: te dejé un award en mi bló.
btw, se me hace increíble que nunca antes hayas sentido miedo.
ja, y el miedo es como mi hermano.. jamás me hace daño ni me agobia.
la llevamos bastante tranqui.
saludos y jazz...
A mí me veía de lejitos, de repente, en algunas facetas de mi vida se me acercaba, y cuando le iba bien, podía abrazarme tantito; pero nunca me había visitado en esta faceta, no en este plano, no, no...
Tampoco dejo que me agobie, supongo que es bueno hacer como que no existe.
Un abrazo.
Me gusta el final. tomate unas tachas para que sientas con más intensidad. jajajajajajajajaja. En definitiva mi blog favorito para visitar. Bueno en realidad no conozco muchos. Buen texto mi entusiasta compañera bonachona.
Pepe
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