Tú, que vienes tan limpio a mi encuentro... tú que vienes tan limpio y yo que sigo con el lastre de lo vivido.
Libérate, aléjate. Corre, ve a la dirección opuesta, piensa que yo pienso, piensa en lo que yo podría pensar y aumenta la velocidad.
Te digo esto con los brazos abiertos, te lo digo con el pecho abierto y con la mirada perdida en la tuya... te lo digo con gusto, con la emoción previa al encuentro, con la sonrisa de quien sabe que ha encontrado algo valioso. Así te lo digo.
1 comentario:
Hola... de hecho es muy lindo tu pensamiento, deberís trabajarlos más y se convertirían en cosas inolvidables. Pero en fín, pasaba por aquí y decidí dejar este comentario muy personal. Nos vemos en la uni...
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