sábado, 1 de diciembre de 2007

Otro día

Creo que ya estuvo bueno de pensar en lo que no será. Sí...

Es que a veces, de verdad, no puedo impedirlo: se acerca, pasa junto a mí con su olor a tierra y árbol, me mira, me sonríe con nerviosismo, y -cuando nuestras rutas mágicamente se conjugan- un beso en la mejilla. Esos besos son tristes; es como si guardaran la memoria de aquéllos que sí fueron, son besos de melancolía.

De cualquier manera, ya me harté de hablar, ya me harté de pensar, ya me desgastó mucho esta constante evocación a lo inexistente.

Sin embargo, no me he cansado de escribirlo...

Probablemente -muy probablemente- el día en que decida que no me ocupa más líneas en la cabeza, ese día decida salirse de ahí.

En fin, creo que éste es momento para empezar a desempolvar la ropa de luto.

No hay comentarios: