martes, 29 de mayo de 2007

Recostada...

...en mi cama, con la mirada indecisa entre la imagen onírica y el color de mi techo. Ahí, mientras percibía el primer toque de conciencia, supe que éste iba a ser un buen día. No sé a qué atribuirlo. No sé si pensar que otra vez mi cabeza se programaba, o si achacarle el presentimiento a algún conjuro cósmico, pero ahí estaba.
El simple hecho de plantearme todo esto me dibujó una sonrisa, y esto hizo que me volviera a preguntar si en realidad me reía de lo loco de mis ideas, o si es que empezaba a llevarse a cabo el conjuro del día que había predicho.

Ya algunas veces, una carcajada sonora había traspasado umbrales de sueño y de realidad, despertándome (aún con la sensación de comicidad) sin poder recordar qué había sido capaz de provocarme tamaña risa. Pero hoy fue diferente. Inexplicable. Hoy fue un buen día.

No hay comentarios: